domingo, 30 de agosto de 2009

Igreja Universal. Robando con fe (Parte 2)

La experiencia desde adentro
Decidí infiltrarme con mi hermano a una de las polémicas misas de la Igreja Universal. Para comenzar, realizamos una pequeña búsqueda en internet y localizamos su templo principal en la Ciudad de México. Llegamos a un gran edificio que en su enorme fachada intenta emular al Partenón griego, pero por dentro no tiene ningún rasgo artístico, más bien se asemeja a un gran cine con tienditas de reliquias, centenas de folletitos y sitios de reclutamiento para jóvenes voluntarios. Ingresé con mi hermano al gran foro donde se efectuaba la ceremonia, ésta ya tendría unos quince minutos de haber comenzado. Y discretamente tomamos asiento en las primeras filas.
El pastor que conducía la homilía (con un exagerado acento brasileño) hablaba con mucha exaltación. Exhortaba a los feligreses a confiar en sí mismos, a vencer al “Gran Gigante” que los tenía confinados en la mediocridad; hablaba de David, aquel pequeño hombre que con ayuda de Dios derrotó a Goliat y consiguió demostrar a sus hermanos que con fe y astucia todo es posible. ¡Bah!. Era un discurso muy chafa y sentimentaloide. Pero efectivo, toda el rebaño de aduladores escuchaba y participaba animosamente cada vez que el Pastor hacia cualquier pregunta, ¿Amén?..

Terminando su ridículo y eficaz sermón, el Pastor nos convocó a pasar al frente, pidió que alzaramos los brazos, que cerraramos los ojos y sintieramos así la presencia de Dios. Todo esto iba acompañado de una música de ambientación y un cambio de luces que iluminaba únicamente un enorme trono vacío en el centro del altar. La gente enloquecía, comenzaba a “hablar” con Dios y confesaba sus pecados en voz alta, mientras tanto, el Pastor gritaba de manera ininteligible con su micrófono hasta que, después de varios minutos gritó"¡Basta!". Con una voz calmada el Pastor tranquilizó al rebaño, pidió que todos nos tomaramos de las manos y rezaramos El Padre Nuestro. Después volvimos a nuestros asientos.

Llegó el momento más esperado, la danza de los billetes, el tiempo de la limosna que, por cierto, ellos no llaman así sino la renombraron con un nombre más glamouroso: “La noble contribución”. Esta sesión meramente monetaria es exhaustiva, dura casi media hora y cuenta con los mecanismos manipuladores mejor afianzados de la Igreja Universal. Es una invitación a donar con las artimañas más sagaces y maniqueas que jamás haya visto, al utilizar la técnica más artera: la exhibición pública.

Son en total cuatro solicitudes de contribución. Las primeras dos son a través de sobres repartidos en cada sesión dominical. El primer sobre se utiliza para depositar el diezmo que, según ellos, es la contribución mínima que se debe otorgar, algo elemental e infalible; además, es el pago que la misma Biblia indica en la cita de Malaquías 3:10, en la cual Dios “promete” bendiciones especiales para quienes se mochan puntualmente. Cito de manera literal: "Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto, dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde". Malaquías 3:10. Este texto se lee siempre en la Igreja Universal. El Todopoderoso ha hablado ¡A pagar!

El segundo sobre implica un pago por concepto para realizar una bendición especial para materializar un milagro específico. En este caso existe una cuota fija, son sólo cien pesos. Sí, así de sencillo, se vende el milagro por simplemente cien insignificantes pesos ¿qué generosos, no? En ese sobre de tarifa única deben de adjuntar un papelito con el nombre de la persona interesada y el milagro que espera recibir. Además, ese sobre ¡llegará a Tierra Santa! Y no sólo eso, será también recubierto con el agua del río Jordán. ¡Sí!, el mismísimo río en el que Juan Bautista bautizó a Jesús el Nazareno. No cabe duda la astucia de estos Señores. ¡Ratas mentirosas!
Mi hermano y yo estábamos boquiabiertos, nos parecía el teatro montado más efectivo del mundo. La respuesta del público era casi unánime, decidida y entusiasta a colaborar con los charlatanes. Y cuando pensábamos que todo había acabado e iríamos en pos de nuestros lares, vinieron nuevas técnicas para seguir recaudando dinero de los ya sobreexplotados asistentes. El Pastor con estridencia comenzó a decir con extraño portuñol -“Agora sim hermanos, llegou l’ momento de demostrarle el nuesstro carinho a Deus. Vamos ver, ¿quem de ustedes pode dar el bilhete mais grande pra quedar lleno de bendiciones?. Sabemos que nosotros temos que dar lo mejor de nosotros. Si realmente amamos a Deus no podemos darle lo que nos sobra, tenemos que darle aquello que tiene un valor importante, algo que pueda dar testimonio de nuestro amor con el. Usted tiene que tener claro que lo que usted da agora será retribuido mil veces mais en el cielo, y no sólo de maneira temporal, sino para la eternidade.”- ¿Qué..? No lo podíamos creer. De repente el Pastor abrió un saco y dijo, “Quien pueda dar un bilhete de $500.00 pase al frente rápido, vamos”. Y de manera asombrosa varias personas aparentemente humildes se aproximaron y depositaron la contribución requerida. Al terminar los de $500.00, el Pastor continuó con $200.00, y así sucesivamente hasta llegar a $20.00. Era algo inaudito. Entre las personas que pasaron a depositar cándidamente la obvia extorsión, se encontraba gente con notables problemas físicos, con reumas, mutilaciones, alteraciones mentales, etc. La Igreja Universal promete realizar milagros que ni los médicos podrían hacer, se transforman en el centro de esperanza de los desamparados, juegan con ellos difundiendo un falso discurso benevolente y comprensivo; aunque realmente, en el fondo, abusan de la carencia afectiva y desesperación extrema de los más humildes para materializar su ignominiosa ganancia. ¡Qué indignación..!, ¡Qué desfachatez..!

Ya para cerrar con broche de oro la ceremonia más lucrativa del mundo, una especie de monjas-voluntarias repartió unos pequeños sobrecitos y unas pulseritas con la frase “Jesús me hizo revivir”. Estos dos elementos sellan la misa y el sermón. Los asiduos asistentes ya sabían el simbolismo de ambos objetos e inmediatamente observamos como muchas personas sacaron una fotografía de sus familiares y la alzaron en dirección al altar, mostrandola a aquel trono gigante y vacío donde supuestamente esta sentado Dios. El Pastor comenzó a explicar las indicaciones para todos los novatos “El sobre que tienen en sus manos es para hacer una oración especial para su familia, también tiene una contribución única de sólo $10.00, coloquen una moneda de $10.00, y si no tienen una moneda de esa cantidad pongan dos de $5.00, no hay problema. Ahora tomen el sobre con fuerza ya con la moneda adentro, y pídanle a Dios por las personas que más aman, pídanle para que ellos reflexionen y encuentren también el camino de Jesús. Sientan como Jesús también los ama ¿Amén?” (La palabra Amén es usada con el significado de “¿entendieron?, ¿les quedó claro?, a lo que el rebaño siempre responde al unísono “Si, Pastor”)
Después el joven Pastor explicó el significado de las pulseras. “En sus manos tienen dos pulseras, una es para ustedes, para que porten a Jesús a cualquier lado al que vayan, para que sientan su protección a cada momento; la segunda pulsera regálensela a una persona que estimen mucho y quieran ayudar, alguien que necesite también de la palabra de Deus y del amor de Jesús. A esa persona que ustedes quieren que pare de sufrir, tráiganlo aquí con nosotros el próximo domingo ¿Amén?” Los borregos respondieron “Sí, Pastor”.

Antes de terminar la misa el Pastor insistió nuevamente con la donación de la siguiente semana “No olviden que el próximo domingo tienen que traer los dos sobres ¿Amén?”. Y así la obediente y fanática manada abandonó el recinto, con ellos también salímos nosotros.

Al salir del lugar mi hermano y yo estábamos impactados, ni siquiera podíamos hacer el típico comentario burlón, realmente habíamos experimentado una sensación que confundía la condolencia, la indignación, el coraje y al mismo tiempo la incredulidad. ¿Cómo podían haber hecho esos brasileños truhanes el mayor de los negocios?, ¿Qué acción poder tomar para detener la extorsión de los excluidos?, ¿Quién en su sano juicio podría creer en esa tremenda pieza de charlatanería?.
Al dejar al rebaño que acompaños en la misa, encontramos nuevas hordas de borregos jóvenes que se dirigían exaltados al templo. Eran cientos de ellos, gritaban consignas cristianas, cantaban esas pegajosas canciones alabadoras, y hacían sonar sus trompetas con gran estrépito. Estas nuevas huestes no eran la imagen de una Iglesia convencional, más bien se asemejaban a una corriente porra de futbol que ingresaba al estadio haciendo alboroto. Obviamente nos unimos al grupo, nos colamos con las personas que venían de Tacubaya e imitamos todo lo que hacían. El lector debe tener en cuenta que siempre tuvimos que actuar como infiltrados.
La gran sala de cine, es decir, el gran centro religioso estaba atestado por estos "fieles" que saltaban, manoteaban, cantaban, vitoreaban y se empujaban con ahínco. De repente apareció en el escenario el líder supremo de la secta, el gran Obispo mexicano de la Igreja Universal, otro tipín mañoso que también tenía un acento brasileño. Comenzó con el mismo choro de David y Goliat, invitó a los jóvenes a luchar contra aquel Gigante de la mediocridad, y después del sermón, como era de esperarse, sacaron sus costales para pedir dinero. ¡Rapaces inmisericordes!

El Obispo lanzó una siniestro juego psicológico, que me recordó los peores recursos manipuladores de la retórica; se victimizó ante las "crueles" críticas que ha suscitado la manera de actuar de Igreja Universal, diciendo “Allá afuera hay gente que intenta manchar nuestro nombre, dicen que somos ruines, que les lavamos el cerebro, que sólo estamos interesados en su dinero, dicen tantas mentiras. Pero yo me pregunto, ¿Es cierto eso?” A lo que el rebaño respondió un fervoroso “No, Obispo”. –“Pues claro que no”-, afirmó el Obispo arremetiendo nuevamente dijo “Por eso cuando escucho esas mentiras me entran por un oído y me salen por el otro, nuestro movimiento es básicamente una búsqueda de fe.” ¡Bah! Se me remordió el estómago al escuchar su cinismo.

Esta segunda misa, debo reconocerlo, fue mucho más divertida que la primera, incluso nos tomamos la libertad de hacer algunos videos y tomar algunas fotografías; sin embargo, repensando cada palabra del Obispo, no dejé de sentir la misma repulsión interna por el atraco inusitado que presencié aquel día, un fenómeno expansivo que en este momento atraviesa el mundo. ¿Quién podrá detenerlos?


Al terminar la misa los humildes feligreses regresaron a sus casas, quizá dejaron en la Iglesia Universal el dinero que ocuparían en alimentar a su familia con carne y arroz. Ahora deberán de conformarse con un suculento taco de fe.

2 comentarios:

Patricia dijo...

Hola Luis Gabriel, gracioso, usted parece ser una persona inteligente, entonces me parece que si usted pensara un poquito mas a fondo, iria darse cuenta del error que comete hablaNdo de lo que no conoce, poque como usted mismo dijo, le hablaron de antemano mal de la Iglesia Uniersal, y usted creyo, como todos los demás, sin ni al menos comprobar si era verdad o no, cuando finalmente pudiste participar en la reunión, ya fuiste con un pensamiento formado contra la iglesia.
Claro que seria muy facil engañar a un o dos, hasta tres personas, pero ya paraste para pensar que millones es imposible? Si porque este es el numero de adeptos que tiene la iglesia MILLONES en el mundo, paraste para hablar con esta gente que usted llama de "fanaticos", pregunto a ellos, que es lo que les llama la atencion la iglesia, porque ellos estan alla?
Claro que no, es mas facil jusgar desde afuera, por lo que escucha....usted mismo vio que la iglesia tiene muchos templos, no solo en Mexico, pero en todo el mundo, pues aí esta la ofrenda que la gente dá, y nadie es obligado, usted no dio nada, porque no fue obligdo, exatamente dá, quien cree, pero esto usted no vio, no vio que las personas que dieron su dinero, su ofrenda, son personas, que recibieon de Dios la sanidad, la vida restaurada financeiramiente, hoy pueden dormir, hoy ya no pelean en la casa, y dan su ofrenda cuando se pide alla, porque quieren que otras persoas como ellas encuentren una puerta abierta en otro barrio ó cidade, y tengan esta oportuidad como ellas tuvieron de ser feliz.
No, eso usted no vio, y yo se porque.....Me da lastima por ti, porque no hablo como alguien de afuera, hablo de adentro, muy adentro, veo mi esposo que es PASTOR de la iglesia, en el altar, veo la preocupacion de el por el pueblo, la preocupacion de el en abrir iglesias aqui en el país en que estamos servindo a Dios, no porque alguién nos obligo, mas poque yo vi en mi vida un cambio, fuy sanada, no era feliz, era depresiva....pero lo que me cambio no fue la iglesia, ni la religiosidad, que nosotros tanto abominamos, fue algo mas grandioso, un amor, un poder, una felicidad, que no fue dada por hombre.....claro usted no entende, porque no lo tiene, y quizas me diga que no lo necesita, MENTIRA...todos lo necesitamos.
Como ya se dio cuenta no soy hispana, me desculpe los errores mi español no es muy bueno.
Espero que de hoy en delante caro Luis, usted vea los dos lados de la moneda, no HABLE DE LO QUE NO SABE, USTED es jovem, y tiene mucho por adelante, no dispedicie su tiempo ni su futuro, en cosas que no te traen beneficios, esta es una de ellas......
Dios lo bendiga

PATRICIA

Patricia dijo...

le dejo mi mail por si quiere comentar mi comentario
osemedm@gmail.com