martes, 20 de octubre de 2009

Tres preguntas a Quentin Tarantino

No puedo negarlo, Inglourious Basterds (2009) me gustó. Los actores son excelentes, el dinamismo del filme es estupendo, los diálogos muy inteligentes y la fotografía es prodigiosa.

De antemano sabía que una ficción de Tarantino ambientada en la Segunda Guerra Mundial destrozaría cualquier apego histórico y así fue, y francamente no me molestó, incluso celebro el planteamiento inverosímil de aquella “realidad alterna”.

Sin embargo, hay tres situaciones que simplemente son inexplicables en el filme y no queda más que alzar la ceja y cuestionarte mentalmente. –Pinche Tarantino, ¿de dónde sacó esa jalada?-
Por eso arrojaré tres cuestionamientos (Si no han visto la peli, mejor ni los lean porque se sentirán lastimados al saber partes de la trama; por el contrario, si ya la vieron, háganme el favor de responderse las preguntas.)

1. ¿Cómo Shosanna, pasa de ser una niña campesina en persecución a una dueña de un Cine hermoso?
2. ¿Cómo la sofisticada y omnipresente Gestapo dejaría a la deriva a toda la élite nazi mientras se encuentra en el Cine? De plano se les encerró de la manera más simplona y ridícula.
3. ¿Cómo puede ser que Standartenführer Hans Landa, el inteligentísimo "Cazador de judíos", de repente entre en un lapsus pendejus, y le entregue sus armas en medio del bosque al sanguinario Aldo “el apache”?

Y por último...

¿Por qué Tarantino usa zapatos de mujer?

Vuelve la curiosidad por Rumanía

Rumania sin duda es el país latino más distante para nosotros. Su lengua es poco estudiada, su historia desde el ámbito académico mexicano es irrelevante y su lejanía prácticamente la hace inalcanzable. Hasta hoy no conozco a un solo amigo mexicano que conozca aquel país.

Lo poco que se llega a saber de Rumania son, a mi juicio, tres cosas. Y esto, refiriéndome a un interlocutor medianamente letrado:

1. Vivió una abominable dictadura socialista dirigida por Nicolae Ceauşescu, quien murió fusilado después de una revuelta popular.
2. Dos escritores influyentes: Eugéne Ionescu y Emil Mihai Cioran. El primero dramaturgo, padre del teatro del absurdo; el segundo filósofo existencialista de tintes fatalistas. Ambos migraron a Francia y desde allí alcanzaron notoriedad.
3. Nadia Comaneci, quien a sus escasos catorce años obtuvo una calificación perfecta en gimnasia en los Juegos Olímpicos de 1984.

A mis veinte años me interesé mucho por Rumanía, un país misterioso que no estaba presente en ningún texto de “Historia Universal” (No hace falta decirlo, pero en México “lo universal” sólo abarca ocho países europeos y Estados Unidos.) Rumanía tiene un pasado muy interesante: centro de incontables migraciones, provincia romana, región rodeada por países eslavos y de tradición cristiana ortodoxa, su lengua durante cientos de años utilizó el alfabeto cirílico, en cierto momento formó parte del imperio mongol y años después formó parte del Imperio Otomano.

Su música me cautivó. Durante meses escuché día y noche el ritmo Manele y me hice fan de Nicolae Gutza. Comencé a estudiar la propia lengua rumana en la UNAM, se me facilitó mucho por su similitud con el italiano, aprendía rápido, pero la pereza de la profesora me desesperó y abandoné el curso. Y así, poco a poco, la emoción fue pasando hasta quedar como un pequeño detalle de mi vida que rarísimamente evoco.

Pero estos tres dias nuevamente rebrotó aquel gusto, releí mis notas de rumano, escuché la bella música Manele y volví a la historia de aquel país gracias a Herta Muller, escritora rumano- alemana ganadora del premio Nobel 2009.

De hecho escribí un artículo sobre ella para Treff3 que se puede leer aquí: Herta Muller, ganadora del premio Nobel de literatura 2009

domingo, 18 de octubre de 2009

Distintas Latitudes, quinto número

Estimados lectores, deseo invitarlos a visitar el quinto número de nuestra revista de reflexión latinamericana Distintas Latitudes.

En esta ocasión colabaré con un foto-reportaje sobre la Santa Muerte, y un artículo sobre la violencia en Rio de Janeiro.

viernes, 16 de octubre de 2009

Vuelvo al blog

Ya tenía muchos días sin escribir en mi blog, no por falta de ideas o sensaciones que, sin duda han sido agitadas. Esta notoria lejanía se debió, simplemente, a la incertidumbre sobre el qué escribir, y es que hay tantos y variados temas que transitan por mi mente que difícilmente puedo concentrarme en uno solo y desarrollarlo con denuedo. El blog sólo refleja, ocasionalmente, momentos pequeñines de inspiración; jamás podrá equipararse a la compleja maquinaria que es nuestra mente, siempre tan cambiante.

Pero salgamos de ese rollo mareador; el motivo que me ha hecho volver a escribir es el deseo de compartir cinco bellos descubrimientos a lo largo de esta semana bastamente provechosa.

Los primeros dos se refieren a bellos aciertos literarios:

1.“El hombre mediocre” de José Ingenieros. Ensayo vertiginoso que permite entrever lo que será años después la obra más reputada de José Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”. Ingenieros hace una enérgica crítica a un malentendido sistema democrático, a esa ramplona y casi generalizada hipocresía social, a la falsa modestia, y a todas aquellas vidas dirigidas en función a la opinión ajena. Excelente texto de amplio lenguaje.

2. “La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera. Novela destacada por su lenguaje sencillo y directo. Sugiere planteamientos existenciales que encontrarían cabida en cualquier menta idealista y reflexiva. Esgrime con maestría el conflicto interno de la otredad, al lanzar cuestionamientos inquietantes como: ¿se debería aceptar sin recelo la dependencia a otro ser?, ¿realmente podemos aceptar como única razón de nuestra existencia a nuestra propia vida?, y finalmente ¿qué queda cuando fenece la existencia…?

La tercera gran sorpresa fue “el carro de las comedias de la UNAM”, un sitio de buen teatro a cielo abierto en medio del Centro Cultural Universitario. La obra en turno es una sátira de Emilio Carballido: “¡Silencio pollos pelones, ya les van a echar su maíz!”. Irónica e imprudente, desenmascara esas nobles acciones políticas que tienen como fin la inequívoca búsqueda del prestigio personal, del aplauso del vulgo y la fama efímera e hipócrita que se genera.

La cuarta y quinta sorpresa provienen del cine.

4. “Juntos” (Suecia 2000) Extraordinario filme que refleja las contradicciones e ironías de una comuna hippie en Estocolmo durante los años 70’s. Brillantes diálogos y estupendas actuaciones permiten adentrarnos en un mundo de librepensadores que luchan contra el establishment capitalista. Los ideales políticos y anti-alienantes terminan por consolidar una frágil burbuja que en algún momento se quebrantará ante la inherente naturaleza humana.


5. “Los Herederos” (México 2009) Impactante documental que refleja la vida de los infantes en el campo mexicano. Sin diálogos, sin actuaciones. El director penetra la intimidad de una sociedad ajena a nuestros valores, consigue que el espectador por sí mismo llegué a sus conclusiones: ¿denuncia social?, ¿documento antropológico?, ¿injusticia laboral?, ¿una niñez sin prejuicios que encuentra diversión en cualquier labor? etc. Todavía prevalece en mi mente con gran claridad la mirada de una veintena de campesinos que se movilizan apretados en la parte trasera de una troca mientras se escucha al fondo la bella melodía oaxaqueña de "Dios nunca muere". Felicidades a Eugenio Polgovsky.

martes, 6 de octubre de 2009

Quimera

Y así corre el tiempo, supeditando a la vida misma. ¡Maldito zurullo inacabado!, ¿quién lo diría? Francamente me duele que seas así, tan incompetente. Me pregunto el por qué a tu decimoctavo año abandonaste estúpidamente el escultismo que tanto amaba; cincuenta versos insulsos fue todo lo que pudiste darme ¡No me jodas!; fue sólo un maneto mediocre que emanó nula inspiración. ¿Quieres ahora que sea compensativo y te brinde otra oportunidad? No, ya estoy harto de andar de candajón, consciente de que todo tú eres un simple alucinamiento. Pero esta vez mi ilusión es ya un cándalo, no pretende receptar más delirios. Me voy. Sí, ante una atmósfera tétrica sin querer ser más mitigativo y aceptar el misérrimo destino que me aleja de cualquier ansiedad peguntosa. Me retiro sin empurrar los recuerdos del pasado. Simplemente ha llegado la hora, no tengo que decir más. Hasta nunca.