jueves, 26 de marzo de 2009

AMLO, la coherencia de la austeridad republicana

La disfunción gubernamental es una realidad lamentable a cualquier nivel de gobierno en nuestro país. El sistema de democracia representativa aplicado a nivel masivo entre millones de mexicanos dota, en teoría, de legitimidad a los “representantes populares.” Los candidatos en los comicios electorales son, en su mayoría, resultado de una serie de compromisos creados y atavismos concretados a partir de la mafiosa y burocratizada estructura de cada partido político. Y así, después de las facciosas y manipuladas “elecciones democráticas” surgen nuestros políticos, quienes buscan generalmente el prestigio y los salarios elevados que otorga el poder público y poco recuerdan su papel fundamental: el servicio público.

La política se ha transformado en un gran negocio privado, se otorgan prerrogativas envidiables en relación a la percepción de un trabajador común. Se ofrece un altísimo salario, servicios médicos mayores, viáticos, gastos de representación, llamadas ilimitadas a celular,y por si fuera poco, en algunos casos, un fuero político. A parte en el poder legislativo no existe siquiera una obligación concreta de rendir cuentas por su labor, es decir, hablamos de un trabajo tetricamente ideal a costas de la población.

Me irrita como ciudadano observar el desprestigio y cinismo de la clase política, me pesa ver la poca acción de la sociedad civil para intentar cambiar la situación. Y nuevamente, de entre las sombras, vuelve a surgir el ya legendario “terco” que no se da por vencido; su nombre: Andrés Manuel López Obrador; su difícil misión: Reestructurar el deteriorado Estado mexicano.

Ayer AMLO refrendó ante la Asamblea Legislativa la necesidad de modificar la infame autonomía en otorgación de salarios que existe en el Estado, un sistema absurdo que permite a un presidente municipal decidir casi de manera discrecional el monto de su sueldo, ejemplo claro es el Alcalde de Zinacantepec en el Estado de México que percibe una salario de $246, 476 pesos(salario mayor al del presidente), más aberrante y patética resulta la Suprema Corte de Justicia de la Nación al mantener salarios netos de aproximadamente $600,000 pesos mensuales. ¿Y qué decir del hediondo IFE?, una de las instituciones con menos calidad moral del país, e intentó equiparar sus salarios a la SCJN, pero fue duramente criticado y a regañadientes ocultó su malsana intención. En suma, todo esto es insultante en un país en el que el salario mínimo es tan bajo: $54. 80 pesos diarios en la zona A.

Ahora me permito tomar mi calculadora y jugar con los numeritos. Como he dicho, un salario mínimo en la zona A (el mayor de las tres zonas) es $54.80 por día. Un ministro de la SCJN gana $20mil pesos por jornada, es decir, 370 veces más que un empleado común. Se pone en evidencia una terrible y triste realidad en el país. ¿Cómo es posible que el máximo tribunal encargado de brindar justicia a la Nación sea tan miope para no observar que su salario es totalmente injusto?

López Obrador ha mantenido firme su bandera de austeridad republicana, cabe recordar que en la campaña presidencial de 2006 una de sus propuestas más controvertidas era la disminución de salarios en un 50% a los altos cargos públicos, hoy sigue exigiendo con la misma estridencia la rectitud y coherencia de la clase política. No queremos más medidas ridículas como el mísero 10% que redujo Calderón al inicio de su mandato espurio, necesitamos un cambio hondo, de raíz, que deje huella y marque realmente la pauta a una nueva época sin tanto cinismo y con mejores acciones.

1 comentario:

Unknown dijo...

Respeto tu sentir y lo comparto en gran medida, pero creo que la comparación me pareció inequívoca. Existe una investigación de René Avilés, acerca del salario del señor López(forma despectiva en la que se refería a Andrés Manuel, el señorito Aguilar, vocero de Fox), en donde señala que el exhorbitado salario del entonces chofer de Obrador y otrora operador de logística, se debía a que el famoso Nico, percibía lo que dejaba de percibir el entonces Jefe de Gobierno y que después le devolvía. Ojalá te hubieras dado una vuelta en los días del desafuero en su departamento de Copilco y vieras las super camionetas que traían los hijos del señor austero. Lo malo no son los salarios que perciben, sino que los perciban por hacer estupideces en sus cargos y por tener escatología cerebral. Saludos y buen blog. Seguiré con la lectura y daré más opiniones, si no te es desagradable.