jueves, 5 de julio de 2012

El descaro en la elección presidencial del 2012

Triste y predecible. El PRI se llevó la presidencia de la República probablemente con la única regla consistente: acumular más votos. Es lamentable si consideramos que por primera vez el proceso electoral se difundió enormemente por redes sociales, con pluralidad y muchísima información disponible, pero aún así, con tantas tropelías reveladas contra Peña Nieto, los votos, aparentemente, le favorecieron.


Es evidente que gran parte de la población es ajena al debate político y posee una opinión bastante vulgar de la política: se le cruzan datos históricos, no entiende la complejidad del poder ejecutivo ni sus atribuciones y no se interesa por profundizar realmente en el perfil de quienes disputan la presidencia ni por sus plataformas de gobierno. La elección para millones de personas es simplemente un trámite que no representa nada, la gente sabe que puede votar y que esa acción es codiciada por lo políticos, entonces no titubean en vender su voluntad al mejor postor. El PRI, que es el partido que tiene la mayor presencia a nivel nacional y que representó en gran medida los intereses de las personas que han sabido lucrar en el sistema de corrupción imperante, recibió millones de pesos con tal fin: comprar votos. Hoy se han revelado cientos de trucos, hay una cloaca abierta que hoy convierte a México en la mofa de los periódicos internacionales: Se repartieron tarjetas que se activarían una vez que el PRI obtuviera la presidencia, se compraron votos por 500 y mil pesos que se entregaban en el momento en que el beneficiario mostraba una foto de la boleta tachada por el PRI, y así, un sinnúmero de trampas más. Aún así los del PRI fueron deshonestos y a mucha gente no le pagaron, hubo protestas cínicas de personas humildes que salieron a exigir el pago de 500 que habrían de recibir por su voto. 


Hoy AMLO se levanta nuevamente como la voz crítica, como el único interesado en limpiar la elección. Los puntos de AMLO están bien fundamentados y son innegables. 1. El PRI sobrepasó por mucho los gastos de campaña, es lógico, es evidente, nadie podría negar que aquella campaña fue groseramente onerosa, ¿justificaron algo...? ¡Bah! . 2. El PRI compró literalmente miles, si no es que millones de votos, las pruebas son obvias, ahí están. 3. El PRI fue un descarado aliado de Televisa y otros medios de comunicación de cobertura nacional que se sumaron a la guerra sucia contra AMLO y realizaron una campaña abiertamente pro-Peña, todos lo saben, The Guradian lo reveló: la elección mexicana fue profundamente inequitativa. Son tres argumentos de peso, pero infelizmente el PAN se deslinda, lo cual no me sorprende, pero sí me ofende ante las evidencias. El PRI y el PAN son lo mismo, defienden los mismos intereses, ya lo sabemos, sólo es cuestión de ver a Fox y a Espino. Caso contrario fue el 88, cuando el mismo candidato del PAN, Manuel Clouthier, luchó junto a Cárdenas por limpiar la elección. Hoy todos sabemos que la elección fue sucia y el PAN la reconoce, es más, la apoya y critica a AMLO.


AMLO ha sido sumamente respetuoso, responsable y ha actuado conforme a Derecho. ¿Cuánta indignación cabe en un país antes de estallar? Por lo menos en la Ciudad de México miles de jóvenes estamos muy enojados, nos sentimos defraudados y golpeados por la impunidad. ¿Qué va a hacer el IFE y el TRIFE, verdaderamente actuarán con rigor o avalarán esta penosa elección sin escrúpulos? Sabemos que sería muy caro rehacer la elección, pero a la larga será mucho más caro no haber actuado para detener la impunidad y la corrupción.

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