lunes, 7 de diciembre de 2009

Experiencia couchsurfing. Primera parte

Tres años atrás, un amigo queretano quería presentarme a tres simpáticas brasileñas. Me agradó la idea y concretamos una cita en el centro histórico, específicamente, en una cafetería de un elegante edificio Art Decó que se encuentra en frente del Palacio de Bellas Artes.

Llegué más temprano de lo acordado, ordené un café expresso y aparté una mesa. En soledad, di un par de sorbos revitalizadores y pensé en el caos que me rodeaba: la Ciudad de México, el gran monstruo de América. Estaba ahí, solo, observando un valle de Anahuac empequeñecido ante mis ojos. Podía ver desde mi mesa la emblemática Alameda, la Torre Latinoamericana, Tlatelolco, Garibaldi y las torres de la catedral metropolitana; y todo, recubierto por aquel típico manto de smog ¡maldito aire impuro! No obstante, pensaba que aquel era un tremendo sitio para presentarle a los extranjeros mi inclemente y contrastante urbe.

Aparecieron las brasileñas un poco tarde. Me levanté y las salude amigablemente – Boa tarde eu sou Luis, sejam bem vindas na Cidade do México- Y ellas, del mismo modo, celebraron aquel bello panorama – Luiz, muito prazer e parabéns pela escolha este lugar é bonito demais.-

Falamos por horas sobre Brasil, México, política, anécdotas y viajes; y fue con los viajes que una de las chicas comenzó a relatar sus maravillosas aventuras mochileras através de Europa, en las que, según ella, por medio de internet existía un método para conectar a desconocidos solidarios que te permitían hospedarte gratuitamente en sus casas. Surgió mi natural escepticismo. Creía que era bastante bueno para ser verdad, y que probablemente aquella chica era medio mitómana. En fin, de cualquier manera me quedé muy curioso y le pedí la dirección en internet para verlo por mi cuenta, ella me anotó el nombre de la página en un papelito y después se me perdió.

Meses más tarde, a inicios del 2007, surgió la inquietud con Jordy de consolidar por primerísima vez un mochilazo a Europa. Aún lo veía lejano, pero mis padres, sopresivamente, me dieron luz verde para comprar los boletos de avión y largarnos a veranear. Fue ante esa circunstancia que recordé aquella plática con la brasileña, entonces lo comenté con Jordy, quien también había escuchado algo similar e incluso sabía el nombre de la página: couchsurfing. Nos inscribimos y comenzamos a solicitar algún hospedaje en Madrid y Paris. En ambos nos rechazaron y no insistimos más. En realidad ya teníamos una ruta regularmente definida con ciertos amigos que nos recibirían y no necesitábamos tanto del couch; además, sinceramente, nos daba desconfianza y por eso desistimos.

En el verano del 2008, llegó el turno mochilero de mi hermano Sebastián, quien también pretendía recorrer el viejo continente. Su viaje sería más ambicioso y duradero. Pensaba quedarse diez meses y trabajar por allá. No tenía nada definido y se sentía desesperado por estar a la deriva. Entonces, una noche al verlo conectado a internet, le comenté sobre couchsurfing, aquel método que yo desconocía pero que, quizá, podría ayudarle un poco. Mi hermano, notablemente ansioso, entró a la página, se inscribió en caliente y comenzó a enviar solicitudes de hospedaje a Dublín. Fue aceptado inmediatamente por un brasileño, y a partir de ese momento, su largo viaje europeo quedaría sellado por couchsurfing project.

Alcancé a mi hermano en Dublín en diciembre del 2008. “El Bodo” vivía plácidamente en un amplio departamento al lado de Liffey river, muy próximo a Temple Bar (prácticamente en el centro de la ciudad). En la capital irlandesa había un grupo muy unido de couchsurfers, un clan solidario y fiestero del cual, por supuesto, mi hermano ya era un miembro infalible. Gracias al contacto con los couchsurfers, Sebastián había obtenido un buen trabajo y decenas de amistades. Ya cuando lo visité en la isla esmeralda, mi hermano estaba en la cúspide de su popularidad.

Bodostián en frente de su ex departamento, al lado de Liffey river.



Pronto me integraría de lleno a la experiencia couchsurfing…

CONTINUARÁ....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias.

Hay un interesante debate sobre CS en adslzone punto net barra postt331751 punto html

Se puede participar en él de forma libre. No es necesario registrarse.

Saludos