viernes, 19 de junio de 2009

Las Cenizas de la luz y la poesía que se quedó en mi bolsillo.

Vuelvo a casa después de mucho caminar por la colonia Roma con Marianini. Fue un día lluvioso, en un par de ocasiones tomé baños fortuitos mientras deambulaba por la calle, sigo estando húmedo, siento la cabeza empapada y los pies con esas peculiares arrugas que provocan los calcetines mojados. Me arrojo a la cama, tomo el computador y me dan ganas de escribir un poco en este nimio blog que tenía ya un poco abandonado; no por el hecho de no tener algo para relatar; por el contrario, estos últimos días han estado cargados de dinamismo, frenesí y hechos maravillosos que perdurarán en la memoria.

Introspección desde la ceguera.


Hagamos un ejercicio, pensemos que repentinamente aquel mundo que conocemos se redujera a penumbras, que todo aquello que identificamos por su color y aspecto se transformara en un recuerdo paulatinamente trastornado por la imaginación; y que, solamente pudieramos confiar en esa intuición sensorial ante los estimulos del mundo externo.

Quizá, terminaríamos por adoptar con cierto conformismo o estoicismo ese mundo alterno, del cual, sólo persiste la idea y el diálogo sin la posibilidad de observar el paso del tiempo.

La vida continuaría, y este hecho no deseado, terminará por normalizarse; y así, nuestro contacto con el mundo devendría una ilusión más fidedigna a lo que realmente es el mundo, hablando de su escencia y no de su transformación.

Sería la contrposición a un típico sofisma: “Hasta no ver no creer,” porque así nos obligaríamos a creer sin ver, y eso nos aproximaría aún más a lo verdaderamente entrañable, lo perdurable en el mundo y no lo pasajero. Dentro de la mitología hindú sería el triunfo de purusha sobre praktri, podríamos al fin entender que la energía constante mueve al mundo, y no así su forma, la cual es pasajera.

De ahí provienen cuestionamientos notables: ¿Por qué creer tanto en la vista?, ¿cuántas veces el romanticisimo sucúmbe ante los ojos inquisidores que sugestionan y clasifican?, ¿será que la mirada termina por alejarnos de la esencia intrínseca del mundo?

La ceguera nos aproximaría más a la imparcialidad, a procurar el diálogo antes de identificar algún estereotipo o sugestión, nos permitiría escuchar con mayor claridad y menos prejuicios.

¿A dónde va todo esto? Simplemente quisiera hacer un pequeño preámbulo a un filme que me suscitó innumerables reflexiones, se trata de “las cenizas de la luz”, del director irnaí Majid Maijdi. Creánme, pocos largometrajes me han hecho experimentar tal cantidad de emociones.

Al terminar la película coloquen su mano en frente de sus ojos y obsérvenla, después de hacer eso platicamos, me interesaría saber que pasó por su mente.

La poesía que no llegó al megáfono.

Desde el martes pasado tuve la certeza de volver de manera habitual con los poetas del megáfono; sin embargo, al salir de casa enfrenté la lluvia y la desubicación, infelizmente me fue imposible llegar al bar bohemio de la Roma.

La poesía que preparé sin ningún halo de pretenciosidad, fue inspirada en la opera "Turandot", del compositor italiano Giacomo Puccini. La escena que evoca mi ecrito intenta remembrar el segundo acto, en el cual Kalaf es sometido a prueba con el primer acertijo lanzado por la frívola princesa china: -¿Qué es aquello que nace todas las noches y muere cada día?-, a lo que Kalaf responde son titubeo alguno: –la esperanza.

Efectivamente, la noche enmarca el momento ideal para navegar en libaciones y apuntalar nuestra llegada al firmamento, por ello sería mejor mantener ese estado de vigilia portentoso y prolífico, negar la necesidad biológica del sueño que, precisamente representa aquel periodo de puente entre la motivación aparente y un nuevo encuentro con la realidad. La brusca y cruda realidad que mitiga las ilusorias alegrías que pretendemos alcanzar.

La más famosa pieza de esta ópera: “Nessun Dorma” (Nadie duerma), hace alusión a la bella magia de la duda nocturna, aquella imaginación bibrante e idealista de los hechos antes de su posible y futura materialización. Pareciera que todo es tan sancillo, pero habrá quizá una variable o un cambio abrupto que modificará la añorada concreción.
http://www.youtube.com/watch?v=wDa03_EHdJU

Nacer de noche y morir de madrugada

Se agota un día, como se agota la vida
los años pasan y el final se acerca,
y así, mientras el fulgor se atenúa y la luz se ausenta
resurge en la dicha de la soledad,
aquella llama interna que interioriza el ser.

Anhelos centrífugos encuentran concreción,
ímpetus exaltados encuadran al mundo,
y en un solo destello, desde aquel amargo pecho
el deseo resurge y abate a la confusión.

Brotes inspiradores inundan la mente,
con ellos renace la eterna ilusión,
¿De qué sirve la vida si soy intransigente?
¿Por qué soterrar esta inocultable pasión?

¡Basta ya de lozanías!
habrá de explotar esta energía mañana
¡A dormir!, que este anhelo lo presienta el sueño,
y este deseo sublime subsista por una noche
Todo parece inútil, mirad al cielo,
ya ha llegado la madrugada.

Distintas Latitudes

Hola amigos, ya tenemos a disposición el segundo número de Distintas Latitudes, una revista de reflexión latinoamericana que intenta abarcar variados temas de política, medio ambiente, cultura, sociología, economía, filosofía, etc.

Es una revista electrónica conformada por jóvenes de varios países de habla hispana que están interesados en profundizar el debate regional e intercambiar las perspectivas que se viven actualmente en un mundo que cambia vertiginosamente.

Esperamos su visita y participación.

jueves, 11 de junio de 2009

Kabuli Kid y los poetas del megáfono

Un martes activo de cine y poesía con la siempre grata compañía de mi recién amiga murciana: Ana Caballero.

Un largometraje entre las ruinas de la posguerra

Por la tarde me dirigí garboso hacía la Cineteca Nacional. El día era nublado, con una previsible lluvia veraniega y, por lo tanto, decidí transportarme en camión y dejar detrás la bicicleta.

Llegué más que puntual al sitio de la cita, y de manera rutinaria me dirigí a leer las reseñas de las películas en cartelera. Descubrí que la película propuesta por Ana: "Cochochi", estaba basada en la vida de dos niños rarámuris en la sierra Chihuahua. Me dije –Oh, que interesante, enhorabuena, seguramente debe tener paisajes hermosos que me inspirarán a explorar más de cerca la sierra tarahumara- Además, por si no lo saben, Chihuahua siempre ha tenido un papel protagónico en mi linaje familiar por los origines de mi madre, y podría decir que me considero una mezcla chilango-chihuahuense.

Me quedé un cuarto de hora esperando a la chica murciana hasta que finalmente hizo su alegre aparición. Como es costumbre resquebrajó el plan original y quiso mudar de película, propuso repentinamente ver un filme afgáno del que yo no tenía ninguna referencia. Y así, sumiso y obediente (que vergüenza confesarlo) sin ninguna objeción me sometí a su nueva disposición.

Estábamos ya sobre la hora, presurosamente compramos las entradas, y al ingresar a la sala, el filme ya había comenzado. ¡Chale!

Este filme afgáno: "Kabuli Kid" fue dirigido por un refugiado político en París: Barmak Akram, quien regresó a Kabul para realizar este peculiar largometraje que refleja las vicisitudes y durezas de aquel lejano país.

Las imágenes de la pos guerra nos aproximan a las desgarradoras imágenes del neorrealismo italiano de los años 50’s. Kabul es una ciudad devastada por la guerra, y aunque ya ha cesado la masacre, es permisible el traumático recuerdo; aún son recurrentes los toques de queda, la tristeza notabe de las personas que muestran su angustia y depresión ante la impotencia vivida, permitiendo interpretar la incredulidad ante una total normalización.

El retrato de la sociedad afgána resulta contrastante al anteponerse a nuestro dinamismo social mexicano. El exacerbado sistema patriarcal y sumisión femenina está presente en todas las facetas de la vida cotidiana, lo cual me hacía pensar en la diferencia abismal que existe en el país islámico en contraposición a mi compañera española que siempre imponía su voluntad sin el mínimo de pudor. Já, es broma.

Es una simple historia que encarna las ambivalencias de la vida humana. No existe la figura de tranquilidad o afabilidad en la sociedad, cada personaje deja entrever su severo dramatismo, su sufrimiento inexorable, y el hecho insoslayable de vivir ante el agobio constante de una realidad ardua y complejísima

La trama no la cuento, espero que la vean para después comentarla.

Martes por la noche: espacio de poesía

Mi amiga murciana presumía conocer un lugar mágico, un sitio de poetas nocturnos que comparten versos ante la tenue luz de las velas. Un pequeño bar sui generis que promueve la creatividad y la transmisión de sentimientos a través de palabras armoniosamente colocadas. Un rincón de inspiración con mentes abiertas y dichosas que se sienten arropados ante la hermandad y constancia de un reducido grupo que promueve exteriorizar las sensaciones e interpretaciones propias que exaltan la sensibilidad y reflexión.

Allá fuimos, caminamos por largo tiempo sobre avenida insurgentes y finalmente, al encontrar la calle de Tabasco, dimos con el lugar prometido. ¡Oba!

Me encontraba escéptico, un poco cansado y sujeto a la imponderable indecisión. Incluso mi amiga murciana me decía que me veía taciturno al extremo. No sabría definir aquel estado de ánimo, quizá la mera introspección temporal asediada por varias circunstancias que son de difícil exteriorización.

Llegamos al susodicho bar, me senté en un sillón rojo mientras que un poeta desde el centro de aquel aposento tomaba un megáfono y comenzaba su declamación, y así, uno por uno los presentes pasaron a declamar sus escritos. La murciana se desaparecía por momentos, mientras tanto yo escuchaba quieto y reflexivo a cada uno de los creativos escritores. Al terminar el recital, dos chicas interpretaron magistralmente una pieza, creo yo, de su autoría; una canción llamada “el espantapájaros” tan, pero tan metafórica, que me pareció muy original.

El evento acabó, no sin antes seleccionar el tema del próximo martes, y después de una votación improvisada se eligió un tema cautivador: “la madrugada”.

Platiqué con una chica (no recuerdo su nombre) que se aproximó amablemente hacia mi lugar para despedirse, le pregunté más sobre aquel ilustre grupo, y ella, con una dulce y bella sonrisa me relató el surgimiento de aquellas noches bohemias. -¿Cómo se llama este grupo?- la cuestioné, ella respondió: –somos los poetas del megáfono.

sábado, 6 de junio de 2009

Los primeros roces ambientalistas

Es tiempo de llevar a la praxis el discurso pregonado desde ya hace años. Llegó el momento de afrontar en su cabalidad un proyecto vital de gigantes proporciones y así, después de haber postergado este primer encuentro, al fin he comenzado a concretar un campo de acción en el cual pueda materializar las convicciones guardadas desde hace más de un lustro.

Fueron varios hechos los que tuvieron cierto apego a la causa ambiental y focalizaron mi atención de los últimos días.

Choque de Partidos Verdes.

A partir de abril comencé a colaborar como articulista en la revista mexicana-alemana: Treff3. El objetivo editorial es realizar notas con temas que entrelacen a México y los países de habla alemana.

El segundo artículo que realicé, precisamente versaba en contrastar al PVEM (Partido Verde Ecologista de México) y Die Grunen (los verdes alemanes). Tema que me pareció interesante debido a la cercanía de las elecciones de julio y las consiguiente campaña pavorosa que han hecho los mexicanos.

La situación de los verdes mexicanos no podría ser peor. En principio, no se trata realmente de un partido ambientalista sino de un accidente político mal engendrado, un adefesio producto de un precario y malhecho sistema electoral que eroga millones de pesos para subsidiar campañas idiotas que no generan ningún beneficio a la población. El PVEM es simplemente un comodín sin escrúpulos que busca espacios de poder sin verdaderamente luchar por la bandera que supuestamente representa, en pocas palabras, es una pequeña mafia que se ha consagrado como un oprobioso y mendaz negocio familiar.

Por el contario, revisar la ideología de los verdes alemanes, permite conocer la vanguardia del ambientalismo moderno.

Die Grunen es un partido que sobresale por su liderazgo europeo y por concretar claras proyecciones ambientalistas en su nación.

Conocer los lineamientos de los Verdes Globales y constatar la lejanía de los mexicanos es causa de indignación y rechazo. Aunque debo admitir que me queda un consuelo: Es tal la desfachatez y pobreza ideológica del PVEM, que ningún ambientalista ilustrado se sentiría identificado con él; por lo tanto, queda un vacío político ante un grupo creciente de ciudadanos conscientes que poco a poco aumentarán en número y alzarán su voz con mayor estridencia en sus justos y necesarios reclamos. ¡Es tiempo de conformar otra vía política ambientalista! Aunque reniego el sistema electoral de México y sus facciosas mafias enquistadas dentro de cada partido, creo que vale la pena ver la posibilidad de formar un nuevo anti-partido que sostenga con real convicción la bandera ambiental como asunto prioritario, y no simplemente como un espurio slogan que preconiza un criterio empresarial y oportunista como el deleznable PVEM.

Greenpeace
Ahora formo parte de la familia “paz verde”. Mi acercamiento con esta ONG ha sido sumamente grato en estos primeros contactos, espero involucrarme cada vez más en las ideas y acciones que se llevarán a cabo en tiempos venideros.

Por ahora conformo la brigada de voluntarios, apoyo a la organización con logística en sus eventos, intento crear conciencia social a través del diálogo con transeúntes, reparto folletos y recolecto firmas para darle respaldo social a la causa ambiental. Pronto comenzará una parte más creativa que contempla la planeación de acciones pacíficas que señalen con vehemencia la problemática existente, con el fin de promover el debate en los medios de comunicación y cambiar los hábitos contemporáneos.

Hoy asistí al evento “píntale la raya al cambio climático” organizado por varias asociaciones que pretenden hacer un frente común para combatir el problema de mayor envergadura que afronta la humanidad. La cita fue en el parque México y me dio gusto conocer a activistas de varias nacionalidades que comparten el brío y anhelo de una revolución de conciencia que mude esta terca visión antropocéntrica, devoradora de todo lo que le apetece sin tomar en consideración un equilibrio natural.

Los exhorto a que vean este vídeo de Greenpeace, me parece motivacional, ya que con imágenes se oberva directamente la destrucción que en este preciso momento esta viviendo el planeta.




Una nueva pasión: El ciclismo urbano

Hoy conocí una organización de bicleteros llamados los Bicitekas. Un grupo organizado a través de blogs en internet que tiene por fin promover la cultura deportiva y ambientalista, exigiendo al gobierno programas más ambiciosos que incentiven este medio de transporte.

Los Bicitekas organizan rutas alternas a través de la ciudad de México; hay citas abiertas los miércoles a las 9:30 pm en el Ángel de la Independencia para descubrir los secretos de una ciudad que se prepara para descansar.

Conocer la ciudad de noche nos permite experimentar un rostro distinto al “cotidiano”, es extraerse de esa ciudad caótica y bulliciosa, llena de actividad y de gentío; permite admirar con mayor calma y frescura la estructura urbana en esta gran jungla de asfalto.

Creo que sí, pronto seré un biciteka más.

Abrazar árboles en el Desierto de los leones

El viernes pasado mi ahora ex profesor de Derecho Ambiental, Cesar Nava Escudero, invitó a nuestro reducido grupo a tener un contacto más próximo con la naturaleza en la reserva ecológica del Desierto de los leones.

La idea de abrazar árboles tiene sus orígenes en el movimiento Chipko de la India (1972) en contra de la deforestación. Esta practica limitaba a los taladores a llevar a cabo su cometido, y por ello pequeñas comunidades de Uttar Padresh (estado del norte de la India) consiguieron salvaguardar sus áreas boscosas ante las medidas gubernamentales que pregonaban el desarrollo y la industrialización del país. Así pues, abrazar árboles simboliza, en parte, la protección que debe hacer el ser humano hacia un ser vivo vulnerable ante la vorágine y criminal acción interesada de otro ser humano que promueve la destrucción ambiental en nombre del “progreso”.


Llegamos a las 2:00pm. El profesor Nava nos invitó unas suculentas quesadillas, y poco después nos aproximamos a la zona boscosa.

Antes de repartir abrazos por el bosque, el profesor Nava nos dio un bello discurso:

“Jóvenes, futuros gobernantes de este país: abrazar un árbol consiste en tener conciencia del hecho mismo que implica hacerlo. Un árbol es un ser vivo, representa el legado de millones de años de evolución. Ellos son mucho más antiguos que nosotros, los mamíferos. Estos seres gigantescos son centinelas del pasado que dejan ver la fascinante y cambiante vida en este planeta. Cuando abracen un árbol piensen en su historia, su desarrollo; imaginen su crecimiento desde que fue una tierna semilla hasta su enorme estructura actual que sobrepasa a muchos edificios en la ciudad. Antes de abrazar un árbol, siéntalo, piensen que es un ser vivo y que puede sentirnos, tóquenlo, hablen con él, y después de percibir una conexión energética, traten de abarcarlo entre sus brazos, escúchenlo, y quédense ahí cinco o diez minutos. Al terminar miren al cielo y contemplen su altura. Después, regresen aquí conmigo porque parece que está a punto de llover.”***


*** Desde luego el discurso de Nava no se apega a la literalidad de sus palabras, mi memoria no es tan privilegiada, sólo retrato la esencia de sus palabras antes de abrazar los árboles.


Cada uno de nosotros buscó su propio árbol. Yo encontré uno no muy frondoso, pero sí muy alto, seguramente ya era un ejemplar muy viejo. Observé con detenimiento su corteza, palpé su rugosa formación, traté de conectarme sensitivamente con él, buscando quizá, escuchar un lejano y ligero palpitar.

Demoré un poco más de los 10 minutos otorgados. Después de abrazar al árbol, tomé un tiempo para reposar a sus faldas y así, ante el silencio absoluto que la naturaleza brinda, contemplando la magnitud y misterio de la vida, econtré el propio sentido de aquel pasajero instante.